Así nos cuenta Eva, a poco de llegar, cómo es su jornada de trabajo un día cualquiera:
"Recibo a tres embajadores, algunos de países que ni me suenan, me trago en diagonal cientos de páginas de informes, asisto a dos reuniones y una recepción, lidio con los treinta colegas de mi equipo...y para terminar inauguro una exposición tras hacerle reverencias a la princesa tailandesa que tengo por vecina de despacho".
No hay comentarios:
Publicar un comentario